¿Como son las bodas tradicionales japonesas?

El miai

En Japón la familia es algo muy importante, y es por eso que de acuerdo a la cultura nipona, un hombre debe estar casado y haber formado una familia antes de los 30 años, ya que no hacerlo podría incluso quitarle la posibilidad de desarrollo y crecimiento laboral. Igual de mal visto está para una mujer, por lo que si una persona se encuentra en edad de casarse  y sus familiares y amigos no han visto indicios de que ésta esté buscando pareja, puede que comiencen a buscarle una.
Ahí es cuando aparece el miai, una tradición japonesa en la que un nakōdo (habitualmente un amigo o familiar) hace las veces de intermediario entre ambas familias. Su trabajo consiste en presentar los principales datos (nombre, edad, educación, empleo, fotografías, etc.) de uno de los miembros de la futura pareja a su contraparte y a la familia. De esta forma, si todos aceptan, se concreta el miai, en el que participarán la pareja, el nakōdo y los padres de los novios. Si el miai prospera, se darán tres reuniones más (esta vez solo entre la pareja) para decidir en la última de estas citas si habrá o no casamiento.
La fecha de la boda suele preferirse en noviembre o en los días 11, ya que para la tradición nipona el 11 es un número de buena suerte, aunque como Japón es un país superpoblado, suele haber bodas todo el año.

La ceremonia (shinzenshiki)

Este tipo de ceremonia se celebra en santuarios sintoístas (shinto), que pueden encontrarse en hoteles y/o restaurantes preparados para la ocasión. Como casi todo en la cultura japonesa, estos santuarios suelen ser sumamente sobrios y sencillos.

Los primeros en entrar son los invitados y luego la pareja: la novia entra de la mano de su madre y saldrá, ya casada, de la mano de su suegra. El novio, por el contrario, entra y sale acompañado de su padre.

La ceremonia es siempre sencilla y bastante rápida, ya que no dura más de 20 minutos. En ella los novios cumplen un ritual de purificación, se leen palabras de compromiso y se hacen ofrendas a los Kami, que son los dioses sintoístas. Pero el acto más importante de una boda japonesa tradicional es el San sankudo (que significa “tres veces tres a nueve”), un rito que se da luego del intercambio de los anillos y los juzus (una especia de rosarios) a través del cual la pareja hace una promesa de matrimonio ante Gohonzon (un objeto de devoción en el budismo japonés), que consiste en tomar tres vasos de sake (que representan al cielo, la tierra y el hombre) en tres sorbos. Este proceso primero lo hace el novio y luego la novia, y se hace de esta forma ya que el 3 es un numero sagrado que traerá felicidad a la pareja y representa la unión de la misma en cuerpo,mente y espíritu. Al terminar la ceremonia los invitados realizan una procesión detrás de los novios hasta el lugar donde se sacarán la foto familiar.

La vestimenta de una boda japonesa

Asi como la ceremonia la estimenta suele estar marcada por la tradición. Esta ceremonia suele durar 30 min a lo mucho
La novia  vestirá un shiramuko; un kimono blanco con detalles rojos (colores que representan, para la cultura nipona, la pureza y la buena fortuna) que complementará con un wataboshi, una capucha o gorro redondo blanco bastante llamativo, o un tsunokakushi, que es una especia de tocado. Por su parte él vestirá un montsuki, que es un kimono de etiqueta negro decorado con el emblema de la familia, llamado kamon.


   
Wataboshi


Tsunokakushi

Luego de la ceremonia, y ya en la recepción, los novios suelen cambiarse de vestimenta, incluso más de una vez. La novia vestirá un kimono rojo y blanco ( aunque suelen elegir el vestido blanco de novia) y el novio usara un kimono gris.
En cuanto a los invitados, los hombres suelen decantarse por vestirse con kimonos, aunque también pueden hacerlo con trajes normales. Las mujeres en cambio están regidas por cierto protocolo: si es casada debe usar un kimono negro, cosa que no pasa con las solteras, que pueden utilizar colores.

La recepción

La recepción de una boda japonesa suele estar regida por ciertos patrones que se repiten: una magnífica entrada de los novios, luego ambos miembros del nuevo matrimonio presentan en sociedad a su pareja, seguido esto de una enorme cena, discursos de algunos invitados, y finalmente un último discurso, esta vez de la pareja, donde agradecen a todos por estar presente
                       


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